1-Un gran pacto educativo
Efectivamente
la educación se encuentra necesitada de un pacto por parte de todas las
fuerzas políticas de manera que ésta no sea modificada en función del
partido político que gobierne. Pero para ello, haría falta rescatar el
valor de la educación en una sociedad que cada vez más antepone la
productividad a corto plazo y los resultados económicos inmediatos. Una
sociedad dirigida por las economías de mercado que tienen por objetivo
rentabilizar pilares fundamentales como la educación o la sanidad.
Incluso, ya desde pequeños, nos preparan para ser productivos y
competitivos olvidando la importancia que los valores y la cultura
tienen para poder desarrollarnos como personas.
2-Mejorar la motivación
La
inteligencia emocional está cobrando importancia en los últimos
tiempos. Tradicionalmente, lo emocional ha sido subordinado a lo
cognitivo, concebido como rasgo. Una persona motivada no limita sus
posibilidades para conseguir una meta establecida. Alumnos motivados
encuentran sentido y gusto por aquello que aprenden despertando su
curiosidad y ganas de aprender aún más incluso de manera autónoma.
3-Familia más presentes en la escuela
En
mi opinión, la escuela es una prolongación de la familia. Por ello es
imprescindible una buena coordinación entre ambas para conseguir educar
tanto en conocimientos específicos como en valores.
4-Mayor inversión en educación
Una
sociedad educada es una sociedad que progresa. Sin embargo, la calidad
de la educación depende en gran medida de la inversión que se realiza en
ella. La educación requiere de recursos suficientes como para poder
llegar a un alumnado muy diverso que tiene derecho a ser formado
independientemente de sus posibilidades económicas.
5-Mejorar la formación y valoración social del profesorado
La
revalorización de la educación debe ir de la mano de la revalorización
del profesorado. Los profesores son muy influyentes en su alumnado y
marcan en gran medida el camino profesional de éste. Un buen transmisor
de conocimientos, acompañado de una carga importante de entusiasmo y
motivación, facilitando su acceso a un reciclaje efectivo, consigue que
el alumno descubra el gusto por el estudio de su materia y quiera
perfeccionarse en ella.
6-Incentivar la cultura del esfuerzo y el afán de superación
Tanto
la escuela como la familia son determinantes para transmitir el valor
del esfuerzo y el afán de superación. Sin embargo, la tarea de
incentivar estos valores se hace más ardua cuando las instituciones no
aprovechan el talento que se genera en el país, permitiendo que jóvenes y
adultos muy formados no tengan salida profesional. La mejora de los
puntos anteriores intervienen de manera decisiva en que el incentivo de
los valores mencionados sea efectivo.
7-Orientar mejor hacia el empleo
Ciertamente,
en las universidades se deberían impartir conocimientos que faciliten
la incorporación al mundo profesional. Esto, poco a poco, se está
llevando a cabo. Sin embargo, creo que la universidad nunca debería
perder el objetivo de una formación más amplia, de manera que el
titulado tenga recursos para aprender otros tipos de empleo si en el que
se ha especializado no acaba encontrando su camino.
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