domingo, 14 de octubre de 2018

ACTIVIDAD 11.-LA ORIENTACIÓN PERSONAL, ACADÉMICA Y PROFESIONAL

La lectura del apartado "Orientación psicopedagógica" (www.educared.com) me ha llevado a reflexiones de las que no están exentas mi propia vivencia en la etapa escolar y la de personas muy próximas.

La orientación académica es un proceso de ayuda al estudiante para que sea capaz de resolver los problemas que la vida académica le plantea, por lo tanto el proceso de ayuda se refiere siempre a situaciones de ayuda en actividades escolares, y para que a lo largo de su recorrido por la escuela realice elecciones de acuerdo con sus intereses, capacidades, y con su situación personal. El tipo de ayuda que la orientación escolar ofrece presenta características distintas según la edad y nivel del escolar.
Centrándonos en la Enseñanza secundaria, las ayudas que los centros pueden ofrecer en casos de problemas de aprendizaje están circunscritas a la dotación económica que la Consejería de Educación acuerde, lo que no siempre ocurre. Estos "apoyos", cuando los hay, suelen ser muy insuficientes por tener un número limitado de alumnos, siendo las necesidades crecientes por el aumento de la diversidad del alumnado (emigrantes, minorías étnicas, alumnas y alumnos con diferentes organizaciones familiares,...) e impartidos por profesores, voluntarios y retribuidos, que no se corresponden con las materias en las que los alumnos presentan problemas.
Así mismo, en lo referente a las "elecciones de acuerdo con sus intereses", se han aumentado los itinerarios educativos así como el número de carreras y de estudios existentes. Ante el cúmulo de información, el alumnado y las familias piden cada vez más orientación sobre los tipos, lugares y características de los posibles estudios, hoy no delimitados al ámbito local o autonómico. Una tarea ingente para solventarla con tan escasos medios.

La orientación profesional es un proceso de ayuda al sujeto para que sea capaz de elegir y prepararse adecuadamente a una profesión o trabajo determinado. Implica decisión, formación y la ubicación profesional. Trata de integrar las exigencias personales con las necesidades sociales.
Otra formulación que queda muy bien en el papel, máxime en una sociedad tan burocratizada como la nuestra, pero que no responde a la realidad. La orientación profesional se limita a un text en el que los alumnos y alumnas responden a una serie de preguntas que, junto con los resultados en las diferentes asignaturas, aportan a las tutorías la información referida a la orientación profesional de los estudiantes. Información de la que tanto estudiantes como familias suelen hacer caso omiso ya que los datos para su obtención son totalmente insuficientes por una parte y por otra porque suele ser el nivel socioeconómico de las familias el que determina la orientación profesional de los estudiantes así como las posibilidades futuras de poder encontrar trabajo. Porque no existe una verdadera relación de importancia entre las "necesidades sociales" (educación, salud, dependencia, atención a la tercera edad, atención a colectivos marginales, cuidado de la naturaleza, etc) y las necesidades "económicas", siendo estas últimas las que determinan en gran medida la orientación profesional.
La orientación personalapunta hacia la vida interior del hombre, hacia su armonía interior, equilibrio personal, conocimiento de sí mismo, sin perder las perspectivas de su entorno.
Ya en la definición del punto encuentro un error al seguir utilizando el término "hombre" como englobador genérico en un documento educativo. Existe la palabra "persona" con la que el género femenino no resulta invisibilizado y cuyo uso debería ser si no preceptivo sí muchísimo más usual.
Dado que la ratio  en Castilla y León es de 25 alumnos por grupo en Educación Infantil y Primaria, 30 alumnos por grupo en Educación Secundaria y 35 alumnos en Bachillerato, esa formulación es una mera utopía ya que en muchos centros solo hay 1 orientador u orientadora para atender a las necesidades " de orientación personal" de la amplia comunidad de estudiantes. Imposible que un solo profesional pueda desarrollar tantas funciones: asesorar, coordinar, evaluar, formar y orientar. Evidente exceso de tareas que desbordan a un solo profesional, casi siempre formado más en un campo que en otro (psicológico más que pedagógico o viceversa) y carente sin embargo de formación específica para determinadas áreas. Solo en los casos de alumnado disruptivo o con algún problema evidente de tipo familiar u otros, la intervención del Departamento de Orientación es un hecho. Para el resto del alumnado, la preocupación por su equilibrio personal y conocimiento de sí mismo es imposible por razones obvias. 
En cuanto a los PRINCIPIOS DE ORIENTACIÓN: PRINCIPIO DE PREVENCIÓN, PRINCIPIO DE DESARROLLO Y PRINCIPIO DE INTERVENCIÓN SOCIAL, su formulación es tan interesante como quimérica. Si esos principios fueran una realidad de facto, no existiría la problemática que realmente hay en los centros escolares, sobre todo en los más conflictivos. Ni España sería el 2º país de Europa en fracaso escolar. Ni 1/3 del alumnado estaría afectado por el abandono escolar.
En conclusión, se hace necesario reorientar el trabajo desarrollado por las figuras orientadoras cuyas funciones son excesivas y se ven desbordadas por los cambios producidos en las últimas décadas: la globalización, la interculturalidad, etc. lo que ha motivado que la población a la que atienden (profesorado, alumnado y familias) dejen de creer en su capacidad orientadora. Los Departamentos de Orientación deben estar compuestos de figuras con perfiles diferentes (psicólogos, pedagogos, psicopedagogos, trabajadores sociales y otras titulaciones) que deberán coordinarse, interaccionar y plantear estrategias en común. Las aportaciones de cada uno enriquecerían las actividades que se plantearan desde los Departamentos de Orientación. Con la situación actual podemos decir que ocurre lo que bien se expresa en la sabiduría popular "quién mucho abarca, poco aprieta".





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