TUTOR O TUTORA IDEAL
Al
describir un "ideal" hay que decir que se trata de un valor deseable de
alcanzar pero que se da en el ámbito de la fantasía, es una
representación mental; un prototipo, modelo o ejemplar de una
perfección; una meta o aspiración para cuya consecución o aproximación
hay que trabajar todos los días.
Rasgos característicos:
1. Empatía.
Un tutor o tutora empático es el que escucha al otro, que es capaz de
compartir sus miedos, sus esperanzas, sus fracasos y sus logros; el que
es capaz de cohesionar un grupo, de ser justo y
objetivo y, lo más importante, de ganarse el respeto y la admiración de
sus tutorandos.
2. Tener habilidades comunicativas. Transmitir conocimiento y sentimiento mediante el fácil trato y la cercanía.
3. Resiliencia. Otra
cualidad esencial que destacaría de un buen tutor sería la resiliencia.
Vivimos en una sociedad donde cada vez es más difícil separar lo
académico de lo familiar. El tutor resiliente es aquel que es capaz de sacar lo mejor
de cada uno de sus tutorandos aún cuando los problemas de su entorno
sean muy desfavorables.
4. Ser confiable. Los
tutorandos han de sentirse seguros de la discreción y confidencialidad
de su tutor o tutora, del compromiso moral adquirido con sus alumnos y
alumnas, de su experiencia en cuanto a ayuda y asesoramiento y de sus
valores de respeto, honestidad y justicia.
5. Estar informado.
Otro aspecto que considero esencial en la labor de todo buen tutor es la
información que este maneja sobre el tutorando. Cuanta más información se posea, más fácil será poder entenderlos,
acompañarlos en su proceso madurativo y de aprendizaje y ayudarlos en
los momentos de adversidad. Es
importante que el tutor domine el historial académico y personal, tenga
un contacto fluido con su familia y con el propio alumno, recabe
información del resto de profesores y que tenga actualizados todos
aquellos datos que crea pertinentes.
6. Creatividad. Ser
creativo permitirá al buen tutor desplegar diferentes técnicas en la
forma de preguntar y de manejar los aportes del grupo, así como en
utilizar elementos que redunden en la mejora de la convivencia y del
aprendizaje. Como además el tutor o tutora comparte con sus tutorandos
sesiones de su asignatura con sesiones de tutoría, su habilidad le
permitirá saber priorizar cuándo conviene ser tutor y cuándo conviene
ser profesor.
7. Ser motivador. Utilizar
sus capacidades comunicativas para hacer que el alumno o alumna se dé
cuenta de que puede conseguir sus metas si se lo propone, de que es
posible cambiar y mejorar y de que su tutor o tutora va a estar ahí
respaldando su esfuerzo.
8. Actuar con inmediatez.
Otra cualidad que considero esencial en un tutor es la inmediatez para
resolver un conflicto individual o grupal. Hay que saber ver cuándo un conflicto necesita
mediarse o bien sancionarse. De la rapidez de la actuación depende en
gran medida el éxito o resolución de ese conflicto. Un conflicto mal
resuelto siempre acabará por reaparecer y cada vez se hará más difícil
su resolución.
9. Estar disponible. Es
decir, que sea alguien con quien se puede contar en cualquier momento
en caso de dudas, de orden académico o personal, y a quien se puedan
hacer sugerencias sin temor o restricciones.
En relación con los demás profesores
1. Informar sobre la situación particular de cada alumno/a procurando que se tengan en cuenta sus necesidades.
2.
Coordinar las actuaciones que se consideren adecuadas en función de la
información obtenida del rendimiento y comportamiento de los alumnos en
las diferentes asignaturas.
3.
Planificar, registrar y hacer un seguimiento de la hipotética
intervención individual o grupal que haya sido acordada por el equipo
docente.
En relación con las familias
1. Favorecer y potenciar la comunicación para que se mantengan unas relaciones fluidas entre el centro y la familia.
2.
Reunirse con las familias, en grupo y de manera individual, haciéndoles
sentir que sus hijos e hijas tienen en el tutor o tutora a una persona
que se ocupa especialmente de los asuntos de sus tutorandos, tanto
académicos como personales.
3.
Recabar toda la información posible de los tutorandos con el fin de
ayudarlos mejor en su proceso de formación integral. Así mismo, dar
cumplida información a las familias de todo aquello que afecte a su hijo
o hija.
4.
Orientar a los padres y madres y hacerles recomendaciones en su tarea
de cooperación con el centro: ayuda en sus deberes, horarios,
utilización del móvil, tiempo de tv, ...
5. Incrementar el interés de las familias por el proceso de aprendizaje de sus hijos y de sus intereses.
CONCLUSIÓN
La
función tutorial es de enorme importancia y trascendencia para el
desarrollo y crecimiento personal de los alumnos y alumnas. Las
capacidades y habilidades del tutor o tutora, máxime si son ideales,
constituyen una herramienta básica para la detección de las necesidades
que requieran ser atendidas, para la concienciación de las
potencialidades de los alumnos y alumnas y en suma, para ayudar a que el
alumno aprenda a conocerse a sí mismo, a que reflexione acerca de cómo
actúa, siente y reacciona, y tratar de aceptarse con el fin de poder
implementar los cambios necesarios en su vida personal, familiar,
escolar y social y continuar así la construcción positiva de su
persona.
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