jueves, 1 de noviembre de 2018

ACTIVIDAD 18.-LA ACCIÓN TUTORIAL


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 TUTOR O TUTORA IDEAL 

Al describir un "ideal" hay que decir que se trata de un valor deseable de alcanzar pero que se da en el ámbito de la fantasía, es una representación mental; un prototipo, modelo o ejemplar de una perfección; una meta o aspiración para cuya consecución o aproximación hay que trabajar todos los días. 

Rasgos característicos:
1. Empatía. Un tutor o tutora empático es el que escucha al otro, que es capaz de compartir sus miedos, sus esperanzas, sus fracasos y sus logros; el que es capaz de cohesionar un grupo, de ser justo y objetivo y, lo más importante, de ganarse el respeto y la admiración de sus tutorandos.

2. Tener habilidades comunicativas. Transmitir conocimiento y sentimiento mediante el fácil trato y la cercanía.

3. Resiliencia. Otra cualidad esencial que destacaría de un buen tutor sería la resiliencia. Vivimos en una sociedad donde cada vez es más difícil separar lo académico de lo familiar. El tutor resiliente es aquel que es capaz de sacar lo mejor de cada uno de sus tutorandos aún cuando los problemas de su entorno sean muy desfavorables.

4. Ser confiable. Los tutorandos han de sentirse seguros de la discreción y confidencialidad de su tutor o tutora, del compromiso moral adquirido con sus alumnos y alumnas, de su experiencia en cuanto a ayuda y asesoramiento y de sus valores de respeto, honestidad y justicia. 

5. Estar informado. Otro aspecto que considero esencial en la labor de todo buen tutor es la información que este maneja sobre el tutorando. Cuanta más información se posea, más fácil será poder entenderlos, acompañarlos en su proceso madurativo y de aprendizaje y ayudarlos en los momentos de adversidad. Es importante que el tutor domine el historial académico y personal, tenga un contacto fluido con su familia y con el propio alumno, recabe información del resto de profesores y que tenga actualizados todos aquellos datos que crea pertinentes. 

6.  Creatividad.  Ser creativo permitirá al buen tutor desplegar diferentes técnicas en la forma de preguntar y de manejar los aportes del grupo, así como en utilizar elementos que redunden en la mejora de la convivencia y del aprendizaje. Como además el tutor o tutora comparte con sus tutorandos sesiones de su asignatura con sesiones de tutoría, su habilidad le permitirá saber priorizar cuándo conviene ser tutor y cuándo conviene ser profesor.  

7. Ser motivador. Utilizar sus capacidades comunicativas para hacer que el alumno o alumna se dé cuenta de que puede conseguir sus metas si se lo propone, de que es posible cambiar y mejorar y de que su tutor o tutora va a estar ahí respaldando su esfuerzo.

8. Actuar con inmediatez. Otra cualidad que considero esencial en un tutor es la inmediatez para resolver un conflicto individual o grupal. Hay que saber ver cuándo un conflicto necesita mediarse o bien sancionarse. De la rapidez de la actuación depende en gran medida el éxito o resolución de ese conflicto. Un conflicto mal resuelto siempre acabará por reaparecer y cada vez se hará más difícil su resolución.

9. Estar disponible. Es decir, que sea alguien con quien se puede contar en cualquier momento en caso de dudas, de orden académico o personal, y a quien se puedan hacer sugerencias sin temor o restricciones.

En relación con los demás profesores
1. Informar sobre la situación particular de cada alumno/a procurando que se tengan en cuenta sus necesidades.

2. Coordinar las actuaciones que se consideren adecuadas en función de la información obtenida del rendimiento y comportamiento de los alumnos en las diferentes asignaturas. 

3. Planificar, registrar y hacer un seguimiento de la hipotética intervención individual o grupal que haya sido acordada por el equipo docente.

En relación con las familias
1. Favorecer y potenciar la comunicación para que se mantengan unas relaciones fluidas entre el centro y la familia.

2. Reunirse con las familias, en grupo y de manera individual, haciéndoles sentir que sus hijos e hijas tienen en el tutor o tutora a una persona que se ocupa especialmente de los asuntos de sus tutorandos, tanto académicos como personales.

3. Recabar toda la información posible de los tutorandos con el fin de ayudarlos mejor en su proceso de formación integral. Así mismo, dar cumplida información a las familias de todo aquello que afecte a su hijo o hija.

4. Orientar a los padres y madres y hacerles recomendaciones en su tarea de cooperación con el centro: ayuda en sus deberes, horarios, utilización del móvil, tiempo de tv, ...

5. Incrementar el interés de las familias por el proceso de aprendizaje de sus hijos y de sus intereses. 

CONCLUSIÓN
La función tutorial es de enorme importancia y trascendencia para el desarrollo y crecimiento personal de los alumnos y alumnas. Las capacidades y habilidades del tutor o tutora, máxime si son ideales, constituyen una herramienta básica para la detección de las necesidades que requieran ser atendidas, para la concienciación de las potencialidades de los alumnos y alumnas y en suma, para ayudar a que el alumno aprenda a conocerse a sí mismo, a que reflexione acerca de cómo actúa, siente y reacciona, y tratar de aceptarse con el fin de poder implementar los cambios necesarios en su vida personal, familiar, escolar y social y continuar así la construcción positiva de su persona. 

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